22.11.12

"En casa"


En otra oportunidad les contaba sobre mi amor por la
arquitectura y el diseño.


Pienso que ese amor viene de mi amor por las casas...



Sí, en general amo todas las casas. 
Desde mi infancia es que me pasa esto. 

Muchas veces voy en el colectivo y miro las casas y me imagino 
cómo los habitantes de esas casas le dan vida a la misma, y cómo la casa le 
da vida a sus habitantes. E imagino cómo sería vivir en esas casas. 

Amo las casas, por la idea de "estar en casa", de "sentirse como en casa", 
la sensación de "estar de entrecasa", etc. 

Seguramente a esto se debe el desasosiego que siento
cada vez que tengo que afrontar 
una nueva mudanza. ¡Otra más! me digo.
(Ya van cinco en siete años)
Y  no puedo evitar sentirme violentada por la situación.


El concepto de "nomadismo" de Giles Deleuze, con lo potente que es para mí, 
paradojamente no ha logrado reconciliarme 
del todo con los sucesivos 
movimientos de territorialización-desterritorialización 
que implica el tener que desarmar y rearmar tu casa, tu hogar,
una y otra vez. 

Aunque, claro está, lo dice Deleuze un nómada es el que no se mueve 
porque quiere quedarse en su tierra, en el mismo sitio, 
pero escapando de los códigos y valores establecidos.

Si bien cada mudanza implica para mí, y para los míos (Nacho y Amparo) 
una pequeña-gran revolución, en lo personal no logro aquello del "viaje inmóvil"
que propone Deleuze.

Un viaje inmóvil, que en palabras de él "No es lo mismo que un viaje interior, 
es un viaje por el cuerpo, si es preciso por cuerpos colectivos"

El nomadismo para Deleuze va por dentro, con eso está todo bien.
Pero  yo  muchas veces siento al nomadismo como una presión
que viene desde un afuera, que debo soportar.
Ahí es cuando más que nómade me siento 
como un "vagabundo" ,  como dice Zymundt Bauman.


Mucha incomodidad me causa lo efímero, lo fugaz de la "modernidad líquida"
Ese pasar inasible de las personas, las cosas, los lugares, el tiempo, 
las relaciones, etc.

Vagabunda, errante, nómade en el trabajo, en la casa, en los barrios, en las relaciones... hay algo de interesante en esto, pero a la vez mucho de desgarrador. 
Es como un constante "no lugar". desde la concepción de Augé. 
O mejor como los "sin lugar" de los que habla  Anand Giridharadas


Aunque de todos estos pensadores, con quién más coincido es con 
Suely Rolnik cuando habla de los  sin "en casa".




“Las subjetividades hoy: arrancadas del suelo, tienen
 el don de la ubicuidad. Fluctúan al sabor de las 
conexiones mutables del deseo con flujos de todos los lugares
 y todos los tiempos que transitan simultáneos por las
 ondas electrónicas. Filtro singular y fluido de este inmenso océano 
también fluido. Sin nombre o domicilio fijo, 
sin identidad: modulaciones metamorfoseantes en un proceso sin fin 
que se administra día a día, incansablemente. 
El extrañamiento se adueña de la escena, 
imposible domesticarlo: desestabilizados, desacomodados,
 desamparados, desorientados, perdidos en el tiempo y en el espacio es como si todos fuésemos homeless, sin casa. 
No sin la casa concreta (grado cero de sobrevivencia en el que se encuentra
 un contingente cada vez mayor de humanos) 
sino sin el "en casa" de un sentimiento de sí, o sea, 
sin una consistencia subjetiva palpable, sin la familiaridad de ciertas
 relaciones con el mundo, 
de ciertos modos de ser, de ciertos sentidos compartidos, de una cierta creencia" 




Y se pregunta Rolnik:
 "¿Cómo reconstituir un territorio en este mundo movedizo? 
¿Cómo arreglárselas con esta desorientación? 
¿Cómo reorganizar algún sentido?...” 

Su propuesta es bastante seductora. De lo que se trata, dice, es de 
saber construir un "en casa", una nueva forma de "en casa", 
un nuevo mundo. Y esto a partir de 
la estrategia antropofágica, que es en definitiva, un modo de subjetivación.

Bueno, creo que por esos caminos estoy en la búsqueda para ir 
produciendo mi " en casa".


Por todo esto, por esa necesidad de un "en casa" 
es que amo las casas!, todas, pero principalmente:

las casas chorizos,


las Casunis


y las Casas Chauchas.


Luego les cuento más sobre estas casas y porqué me gustan tanto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo texto...es una manera de descifrase, de "verse" atravesando este momento.
Cuando lo considere posible, la visitamos y ayudamos a sentirse "en casa"...construirlo es un proceso, por el momento de tres, cuando sean cuatro se hará realidad...

Emmanuel.